Subiendo en moto hasta Alaska

"En las primeras horas después de la partida, el sentimiento de culpa me quitó el regocigo y el éxtasis que había conocido en mi juventud cuando me enbarcaba en un nuyevo viaje. Sinembargo ya avanzada la tarde, las responsabilidades de la vida en el rancho desaparecieron mientras debajo de mi sentía las pulsaciones tranquilizadoras de mi BMW y los nuevos sonidos, aromas y sensaciones asaltaban mis sentidos.
Aunque el bosque parecia inofensivos, la tierra tenía abundancia de muskeg y pantanos impereceptibles a simple vista.

De manera que esto es un musteng, pensé, para comprenderlo, no solo hay que verlo sino sentirlo. Por faltra de vacterias causantes de las descomposicion en ésta latitud boreal, la vegetación que ha muerto y que se ha acumulado durante miles de años, ha permanecido en un estado de semifermentación, algo parecido al reepollo fermentado, y así se conserva en depósitos de varios acres de ancho que pueden llegar a 24 pies de profundidad. El musteg nunca se hiela, y por el calor que genera la fermentación de la materia vegetal, si yo saltaba los arboles temblaban, y sime quedaba quieto los arboles se tranquilizaban.

Lluvia, nieve y soledad eran mis compañeros en este viaje, comprar combustible en la carretera de alaska no era problema y la sopa era el plato indispensable en estas altutudes.
Dos cosas eran temibles para mi en la carretera de alaska, encontrarme cara a cara con un oso y ver a lo lejos como se acercaba rapidamente un endemoniado conductor en uno de aquellos grandes camiones que bombardeaban, a mi paso, nieve, piedras y barro, hasta el punto de hacereme abandonar la moto y corer a ocultarme tras los árboles.

El 14 de agosto de1949 el camino destapado decendio cada vez mas, hasta que el aire se volvió tibio y los árboles eran verdes; entonces vi un letrero rojo y redondo plantado en la mitad de la via. Mi BMW y yo nos acrecamos rodando hasta él, leí las grandes letras blancas en voz alta: " fin del camino". Arctic circle citi.

Canturrie una y otra vez una canción y me dí cuanta de que ya era tiempo de emprender el camino de regreso, bajé al rio con mi motocicleta, metí la rueda delantera, bautizandola en el agua del rio Yukon. Para mí, este rito tuvo un muy especial y personal significado, y anoté el evento en mi diario de viaje.

De regerso me encontré con rebaños de caribues que según los indios de las tierras nosrteñas, cuando se acerca el invierno la voz del gran espiritú advierte a los caribues que es tiempo de abandonar la pelada tundra y sus praderas esponjosas.

Depués de despedirme de las reinas del río Yucon (embarcaciones que dejaron a miles de hombres a lo largo de la costa de Alaska en busca de su sueño dorado, el oro ) Aksala, Caska y La Reno, puse rumbo hacia la granja de donde sali 7 semanas antes."
... Danny Liska ...